sábado, 9 de abril de 2011

CINE NEGRO

Sed de mal. Obsesiva fijación
Película dirigida por Orson Welles

Era un hombre extraordinario. ¿Qué importa lo que digan de él los demás?, exclamará Tana (Marlene Dietrich) ante el cadáver de Qinlan, al final de la película.

Este film muestra la vida en una ciudad fronteriza, la psicología de unos criminales, la deshonestidad y un clarísimo abuso de poder. Es una de las grandes películas policíacas de todos los tiempos y un impresionante documento.

Los críticos de cine, no es mi caso, han encontrado en esta película grandes hallazgos formales. El plano inicial dura más de tres minutos con un primer plano que muestra el cronómetro de una bomba de relojería… ¡imposible describir con palabras este larguísimo plano secuencia!;también destacan la secuencia final como una fenomenal combinación de contrapicados, panorámicas desmesuradas, “travellings” tremendos y planos imposibles. Este comienzo nos predispone,como espectadores, a seguir su trepidante desarrollo.

 La mencionada ciudad fronteriza es Robles y los personajes más destacados son cinco: el capitán Quinlan (Orson Welles) que ha dedicado toda su vida a crear pruebas falsas en cantidad suficiente para conseguir la condena de los criminales ante la ausencia de las mismas,como es el caso de Sánchez. No hemos de olvidar que el asesino de su esposa quedó libre por falta de pruebas; el sargento Menzies (Joseph Calleia), amigo íntimo de Quinlan y su más rendido admirador además de subordinado; el inspector Vargas (Charlton Heston), ciudadano mejicano recién casado con una norteamericana Susan (Janet Leigh) que será utilizada para desacreditarle involucrándola en un asunto de drogas del que ella es absolutamente inocente; y Grandi (Akim Tamiroff), jefe de la banda de traficantes y enemigo mortal de Vargas.

El inspector Vargas ha detenido a uno de los jefes de la banda de Grandi, concretamente a su hermano. El crimen contra la pareja del coche, que vemos en la secuencia que abre la película, reúne a todos los personajes principales.
El capitán demuestra una gran intuición para descubrir criminales y si es necesario colocar pruebas falsas para que se cumplan sus intuiciones y poder así detenerles. No hemos de olvidar que vive obsesionado con el crimen de su esposa.

Vargas sospecha de Quinlan ya que en todos los detenidos por éste se encontraron pruebas que no fueron admitidas por los abogados defensores, de esta forma se crea  un temible enemigo, Quinlan, quien intentará desacreditarlo utilizando a su esposa: mata a Grandi en una habitación donde está Susan encerrada y drogada por él para que le imputen el crimen y así perjudicar a Vargas.

Llegamos al final de la película con el sargento Menzies (desengañado y arrepentido) paseando con Quinlan y guardando en su bolsillo un micrófono mientras Vargas graba los testimonios que inculpan a Quinlan. Las imágenes finales y gracias a la mencionada “intuición” del capitán, que sospecha de su fiel amigo, nos conducen a un desenlace sangriento…

 Penumbra





1 comentario:

  1. Estupenda crítica, muchas gracias por descubrirme esta gran película.
    Un saludo

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