El discurso del Rey: el monarca que bajó a la tierra y recupero su vozDespués de visionar El Discurso del Rey tengo claro porque ha sido una de las triunfadoras en la última gala de los Óscar. Estamos ante una cinta de gran nivel en la que destacan por encima de todo las estupendas actuaciones de los actores --brillantes Colin Firth y Geoffrey Rush y muy seria Elena Bonham Carter-- y la dirección de Tom Hopper, que introduce planos y recursos estéticos innovadores, así como por su buena banda sonora compuesta de grandes composiciones de Beethoven o Mozart.
Basada en hechos reales, El Discurso del Rey narra la dura lucha personal del rey Jorge VI (Colin Firth) para superar una tartamudez que le acompleja desde la infancia y le incapacita para tomar las riendas de un país, Inglaterra, que necesita a un líder que mantenga unidos a todos sus ciudadanos ante la amenaza de Hitler y el nazismo.
La historia se remonta a los inicios de la segunda Guerra Mundial. Jorge V (Michael Gambon) fallece y designa como heredero a su hijo mayor, Eduardo VIII, (Guay Pearce) pero este no demuestra la madurez suficiente para reinar y toma la decisión de abdicar a favor de su hermano Jorge VI, conocido familiarmente con el apelativo de ‘Berti’ (de Albert), quien arrastra un problema de dicción desde la infancia .Su defecto en el habla le atormenta y le incapacita para hablar en público con fluidez. Por si fuera poco,el devenir de los acontecimientos le obliga a ofrecer un discurso radiofónico a la nación para reclamar unidad frente al temor provocado por el dictador alemán y la entrada en la guerra.
La mujer de Albert, Elizabeth Bowes-Lyon, (Elena Bonham Carter) acude a visitar a un logopeda para que ayude a su marido a acabar con este problema. Los métodos excéntricos de Lionel Logue (Geoffrey Rush) no son demasiado bien recibidos en un principio por el futuro monarca, que se muestra receloso del éxito que puedan tener sus extraños ejercicios .
Aunque el monarca está a punto de tirar todo por la borda, la constancia del doctor Logue --que no es un profesional médico al uso y no tiene el título aunque sus métodos dan resultado-- hace que Berti vaya confiando en sí mismo y en el tratamiento y vaya mejorando paso a paso su dicción. Por otro lado, mientras avanzan en la terapia, se va fraguando entre ambos una conmovedora amistad.
El tratamiento funciona y el nuevo rey parece más cerca de poder ofrecer el discurso que espera su pueblo. Llega el momento y Berti está nervioso, se enfrenta a la prueba de su vida. Probablemente son los ocho minutos más difíciles que ha tenido que vivir . Todo el trabajo de meses tiene que verse reflejado en una breve alocución radiofónica. Un discurso que le hace recuperar la autoestima y armarse de confianza y valor para regir los destinos de una nación amenazada, como media Europa por aquel entonces, debido a un dictador dispuesto a provocar la peor guerra que ha conocido el mundo en su historia.
EL discurso del rey recibió cuatro estatuillas en los Oscar 2011. A saber, mejor guión para David Seidler --que precisamente empezó a escribir el argumento a raíz de su propia tartamudez manifestada en su adolescencia--; para Tom Hopper como mejor director -- utiliza planos novedosos, largos, y abiertos y una buena construccion narrativa--; a Colin Firth como mejor actor y finalmente a la mejor película.
Con pequeños toques de humor e ironía británica, el film alcanza en ciertos momentos tintes cómicos. Hace de un detalle dentro de un proceso histórico --la tartamudez del príncipe Berti--el argumento principal de la película. La estética y la caracterización de los personajes también es excelente y emociona ver como Berti supera su miedo a hablar en público. También supone un guiño al espectador la amistad entre dos personas de dos mundos tan alejados. La nobleza y el vulgo unidos e igualados.
El director muestra un claro ejemplo de superación personal y ensalza la amistad entre dos personas de esferas muy diversas. Una historia que conmueve al espectador, regada por una actuación estelar de sus actores protagonistas así como por una banda sonora y una realización merecedoras del reconocimiento que le ha otorgado Hollywood.
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